Esta
es una historia curiosa, la inspiración puede estar en cualquier parte. Para mí
ese junio de 2013 estuvo en la etiqueta de una botella de agua. Botella que me
acompaño en los momentos de estudio. Hay momentos que siempre
recordare y ese fue uno de ellos. Ver la botella cada día, llenarla y volverla
a llenar. Pensar, el verano está cada vez más cerca solo un empujón y esto se
termina.
Sí,
se terminó enseguida y en algún descanso empecé a dibujar la imagen. Eran
tantas las ganas que tenia de pintar que no podía aguantar. Por eso me propuse
que en verano pintaría la imagen y vaya que si la pinte. Al mes siguiente ya tenía
el pincel en la mano y estaba preparada
para llenar de color el lienzo.
Cuando termine la pintura pude decir: Este será un
buen verano, porque logre terminar el reto que me había propuesto.
Fue
el primero del verano, al que le sucedieron tres, cuatro y hasta cinco cuadros
pintados.